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La refrigeración ecológica como su nombre lo dice, es un sistema ecológico de refrigeración natural que está pensado para enfriar el agua de manera sostenible, pero a la vez para decoración.

La refrigeración ecológica se caracteriza en que el costo de operación es mucho menor en comparación con todos los sistemas tradicionales de enfriamiento que se encuentran en el mercado. Además, la refrigeración ecológica no requiere de compresores ni de refrigerantes químicos. ¿Sabes para qué tipo de viviendas es aconsejable? o ¿Cómo funciona? Nosotros te aclaramos todo lo referente a la refrigeración ecológica a continuación.

¿Cómo funciona la refrigeración ecológica?

El funcionamiento de la refrigeración ecológica es bastante sencillo, ya que se basa directamente en climatizar hogares o estancias utilizando la mayor cantidad de energía posible y de esta forma afectar lo menos posible el medio ambiente. Se implementan sistemas de mucho menor consumo tales como ventiladores en las estancias o directamente se aprovecha la edificación por ejemplo con la mayor cantidad de plantas, fuentes de agua etc. El funcionamiento está basado directamente en la necesidad del usuario, y con los medios naturales que nos brinda la naturaleza, se utiliza de tal forma que podamos climatizar y lograr un ambiente fresco en la mayor parte posible. Es por ello que, existen otras posibilidades de menor huella energética y ambiental que el aire acondicionado. A continuación se plantean las opciones existentes para obtener un ambiente doméstico más fresco con el mínimo consumo posible, empezando por las soluciones más simples y de menor huella ecológica y acabando por las de mayor input tecnológico. Pero siempre lo más eficientes posibles y basadas en fuentes renovables de energía.

Tipos de refrigeración ecológica

Existen varios tipos de refrigeración ecológica que se pueden adaptar a una u otra necesidad según las exigencias del usuario final y del tipo de vivienda:

Refrigeración ecológica solar

Cuando hablamos del sol, pensamos inmediatamente que es la principal fuente de calor del ser humano junto con el fuego. Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, también puede ser una fuente de frío. El conocido como frío solar garantiza un ahorro de hasta un 70% de la energía, al reducir el consumo de electricidad y utilizar energías limpias. En la actualidad, más del 25 % del consumo energético está destinado para climatizar edificios, bien sea para la calefacción o climatización. La energía solar es una solución para hacer frente a este problema. El aprovechar la energía solar para producir frío puede realizarse por dos métodos: 1. Hacer que la energía solar recolectada mediante los módulos fotovoltaicos accione los equipos de generación de frío, o mediante colectores solares que produzcan directamente energía térmica a baja o media temperatura. El frío solar básicamente transforma la energía solar de los paneles fotovoltaicos en frío para climatizar en verano los espacios interiores de la casa.

Además, el sistema también se puede utilizar para obtener agua caliente sanitaria durante todo el año y reforzar la calefacción en la época de temperaturas más bajas. Con esta forma de refrigeración es posible conseguir un ahorro de hasta un 70 % por los dos aspectos que la distingue: Por un lado, el consumo de electricidad se ve reducido de forma directa y la energía que se está utilizando es renovable.

Refrigeración por absorción

Con este tipo de sistema es posible obtener aire fresco a partir de calor obtenido a través de colectores solares, muy similares a los que proveen de agua caliente sanitaria a muchos hogares. La energía solar que es captada a través de los colectores solares térmicos tiene la posibilidad de calentar el agua a temperaturas que oscilan entre los 80 y 150 grados centígrados y la máquina de absorción posteriormente realiza un ciclo de comprensión termoquímica y produce el agua fría necesaria para la climatización de las estancias. Este proceso de compresión en estado líquido tiene muy bajo consumo eléctrico.

Refrigeración ecológica bioclimatizada

Para muchos puede resultar una de las más novedosas y más sencillas, ya que está basada en un 100 % a la arquitectura bioclimática. Las conocidas casas „pasivas“ no hacen otra cosa que tratar de aprovechar al máximo las formas y los componentes del edificio o arquitectura y por otro lado las condiciones naturales por las que se encuentran rodeadas y de esta forma lograr conseguir un confort con una mínima cantidad y en muchos casos (nula) de energía activa. De esta manera, las protecciones solares evitan que las estancias se caldeen hasta el punto de necesitar climatización. Un simple alero o toldo de suficiente longitud impide la entrada directa de los rayos de sol a través de las ventanas. Los emparrados, celosías y contraventanas mantienen la casa fresca protegiendo del sol pero permitiendo la circulación del aire en las horas más calurosas. Generalmente, este tipo de edificaciones están diseñadas con paredes claras y en los patios interiores es muy probable observar fuentes de agua y mucha vegetación, lo que ayuda de forma extrema a que las edificaciones se mantengan de forma refrigerada durante la mayoría de las horas en las que el calor es mucho más fuerte y por las noches suelen calentar por la vegetación a su alrededor.

Refrigeración por ventiladores

Se trata de una de las más comunes ya que se suele utilizar un ventilador que gracias al movimiento de sus aspas, logra generar un gran movimiento de aire y con la que es posible bajar las temperaturas entre 2 y 3 grados sin modificar en ningún momento la humedad existente del medio ambiente. Un ventilador tiene un gasto energético muy inferior al de un equipo de aire acondicionado ya que solo consumen entre 100 a 200 Wh de electricidad. Suelen utilizarse en los techos, ya que en esta ubicación son mucho más efectivos y evitan que el aire se estratifique. Además, son muy frecuentes encontrarlos en la mayoría de las viviendas de nuestro país. Y a pesar de que no tienen una gran potencia de refrigeración, al circular el aire, la sensación que se logra es muy confortable para los miembros del hogar.

Ventajas de la refrigeración ecológica

  • No genera emisiones de gases de invernadero.
  • Es un refrigerador solar, sin baterías y libre de los gases nocivos.
  • No resulta contaminante.
  • Costo de operación mucho menor que los sistemas tradicionales de enfriamiento.
  • Puede ahorrar hasta un 75 por ciento de energía eléctrica comparado con sistemas tradicionales de aire acondicionado.
  • No es necesario un compresor para obtener el aire fresco.

¿Para qué tipo de viviendas es recomendable la refrigeración ecológica?

Este tipo de climatización siempre se ha relacionado más con grandes espacios, como colegios, naves industriales, almacenes o mercados. Pero, en realidad, es una solución que se puede adaptar perfectamente a cualquier tipo de vivienda, permitiéndonos un ahorro del hasta el 80% del coste energético en casa. La bioclimatización o refrigeración ecológica, como tal, es una tecnología que se basa en el estudio de la naturaleza y la forma de conseguir a través de ella, rebajar las temperaturas del ambiente manteniendo la calidad del aire. Es, además, una tecnología eficaz, ecológica y no contaminante. Sin duda una buena alternativa a los dispositivos de refrigeración tradicionales.

FIENTE:

www.hogarsense.es

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